Es el trastorno de la piel más prevalente, ya que afecta al 80% de la población española en algún momento de su vida. La relación entre la alimentación y el acné ha sido un tema que sigue suscitando mucho interés en la población general, sobre todo en la etapa de la adolescencia, en situaciones de cambios hormonales o el embarazo.
El acné aparece cuando los folículos pilosos de nuestra piel se obstruyen e inflaman con sebo y se colonizan de bacterias, formando pápulas y pústulas (granos) o comedones (puntos negros). Muchas veces pensamos que solo puede aparecer acné por factores externos (el clima, la contaminación, un exceso de productos de belleza, etc.) y nos olvidamos de factores tan importantes como son la alimentación y el estilo de vida.
Seguro que has recurrido a comprar los mejores productos de limpieza facial, cremas específicas para controlar el acné o incluso tratamientos estéticos sin obtener resultado y es que la piel no va a mejorar si tampoco revisamos primero cómo nos alimentamos.
Desde el punto de vista científico, ha sido y sigue siendo un tema que se continúa investigando y que sigue generando controversia. Diversos estudios hablan acerca del papel que ejercen los lácteos desnatados o los hidratos de carbono en el desarrollo del acné, y existen varias teorías populares sin demasiada evidencia científica acerca de los embutidos, el alcohol, la comida picante o la grasa alimentaria.
Entonces, ¿qué alimentos debemos evitar para no empeorar esta situación? En este artículo te voy a hablar acerca de los 5 alimentos que debes evitar si quieres controlar el acné y mejorar el aspecto de tu piel y las razones por las cuales los evitamos.
¿Por qué es importante conocer las causas del acné?
El acné es un trastorno dérmico que tiene un origen multifactorial que suele ser muy común en la edad adolescente, aunque también se puede experimentar en una edad adulta, sobre todo en mujeres. Aunque no se trata de una enfermedad como tal, afecta a la calidad de vida y la autoestima ya que la persona afectada puede sufrir cierta incomodidad y complejo al mostrar el rostro, teniendo que recurrir a productos de maquillaje para cubrir la piel.
Hay ciertos factores involucrados, además de la alimentación, como son la genética que determina el tipo de piel de cada persona y hará que tengamos en mayor o menor medida una determinada producción de sebo. Los cambios hormonales en torno a la menstruación que estimulan la sobreproducción de sebo son normales y se resuelven una vez termina el período. El estrés mantenido en el tiempo o hábitos tóxicos como el tabaco y la falta de higiene facial también fomentan su aparición. La piel nos manda señales cuando algo no funciona correctamente, por ello revisar personalmente cada uno de estos aspectos nos puede dar una idea acerca del papel que pueden estar ejerciendo en la apariencia de nuestro rostro.
Alimentos que debes evitar/disminuir si sufres acné
En cuanto a la alimentación, si bien las investigaciones que estudian esta relación no son del todo concluyentes y generan cierta controversia, la mayoría de expertos afirman que los siguientes alimentos pueden agravar el acné:
Alimentos de alto índice glucémico
Las dietas de elevado índice glucémico (dietas ricas en pan blanco, refrescos, azúcar, arroz, cereales, etc.) pueden agravar el acné en una piel propensa. La hipótesis fisiológica se basa en que este tipo de alimentación generaría una cascada de hormonas (aumento de la secreción de insulina y del factor de crecimiento insulínico IGF-1) que intensifican la producción de sebo, la inflamación y la hiperqueratinización del folículo piloso en el rostro.
Optar por las opciones integrales (legumbres, avena, arroz, granos integrales, patata, boniato, etc.) en nuestra alimentación diaria hará que no tengamos que renunciar a los hidratos de carbono y que, al ingerirlos, la glucemia y los niveles de insulina sean más estables. Asimismo, incrementar el consumo de frutas y verduras con gran cantidad de vitaminas, minerales, antioxidantes y fitoquímicos podrían suponer un beneficio para el aspecto de nuestra piel.
Lácteos
Por otro lado, uno de los grupos alimentarios que más se ha relacionado con esta patología son los lácteos. Parece ser que la leche, en concreto la desnatada, contiene precursores de hormonas que contribuyen a la producción de sebo agravando la sintomatología del acné. La explicación sobre la diferencia entre la leche desnatada y la entera parece ser que se debe a que la grasa que contienen los lácteos ayuda a reducir el índice glucémico del alimento.
Además, en especial la leche contribuye a elevar los niveles de insulina y de factor de crecimiento insulínico IGF-1, favoreciendo la secreción de sebo y la producción de hormonas (andrógenos) que fomentan el acné. Es común ver en chicas que padecen síndrome de ovario poliquístico (SOP) un acné acentuado debido a la resistencia a la insulina e hiperandrogenismo que acompaña esta patología.
Los lácteos es un grupo de alimentos que nos aportan micronutrientes muy interesantes como el calcio o la vitamina D, por lo que debemos sustituir su ingesta por otras fuentes de alimentos. En el caso del calcio, podemos recurrir al pescado de tamaño pequeño como anchoas o sardinas, frutos secos como las almendras o el sésamo, legumbres y espinacas. Sustituir la leche por bebidas vegetales enriquecidas es una buena alternativa, así como asegurarnos de exponernos al sol para sintetizar la vitamina D e ingerir pescado azul, huevos y setas.
Chocolate
El chocolate ha sido popularmente acusado de estar directamente relacionado con el desarrollo de acné, pero los estudios realizados afirman que la razón parece deberse más al gran contenido de azúcar, mantequilla y leche que acompaña este alimento. Es más, el chocolate con alto porcentaje en cacao (>85%) contiene antioxidantes que supondrían un beneficio para prevenir los procesos inflamatorios como es el caso del acné, aunque los resultados terapéuticos no están del todo esclarecidos todavía.
Grasa alimentaria
Un mito muy escuchado es que la grasa alimentaria se traduce en una mayor producción de grasa por nuestra piel, aunque no existe una relación directa entre ambas. La dieta occidental contiene una alta cantidad de ácidos grasos omega-6 frente a omega-3, lo que genera un desequilibrio en la producción de moléculas que fomentan la producción de sebo en la glándula sebácea y, con ello, acentuando el acné. También es cierto que una alimentación rica en grasas saturadas o trans (grasas de origen animal o industrial) favorece la inflamación en el organismo, incluida la piel, que es un órgano más.
Un estudio efectuado en 45 pacientes con acné comparó la disminución de las lesiones inflamatorias de la piel a través de la ingesta de omega -3 (2 gr de EPA y DHA) obteniendo resultados positivos. El pescado azul (salmón, sardinas, atún, caballa, anchoas, boquerones…), las nueces y las semillas de chía o linaza son alimentos ricos en ácidos grasos esenciales como el omega-3, que podrían contribuir a un mejor aspecto de la piel por su papel antiinflamatorio y regulador de la obstrucción de poros. Sin embargo, su respuesta terapéutica sobre el acné no está del todo clara todavía y se necesita estudiar más este aspecto.
Alcohol
El alcohol en sí no es causa de acné, pero un abuso en su ingesta puede contribuir al empeoramiento ya que produce un desequilibrio hormonal que incrementa la síntesis de hormonas como la testosterona, pudiendo exacerbar el acné y la hiperproliferación epidérmica.
Suplementos que pueden ayudar a mejorar el acné
Una vez hayamos revisado nuestra alimentación y estilo de vida podemos ayudarnos de ciertos suplementos con los que se han obtenido resultados positivos:
- Zinc: este mineral ha demostrado en varios ensayos clínicos ser un gran aliado para combatir el acné reduciendo la queratina y manteniendo los poros abiertos. El zinc también mata bacterias, reduce la inflamación y disminuye los andrógenos.
- Berberina: se trata de un antibiótico natural que acaba con las bacterias que causan el acné. También ayuda a reducir la inflamación y el factor insulínico IGF-1. Conviene acudir a un especialista antes de consumir este tipo de suplementos por nuestra cuenta.
- Diindolilmetano (DIM): se trata de un fitonutriente derivado de vegetales como las crucíferas que bloquea los receptores androgénicos reduciendo sus efectos y suele prescribirse para tratamiento del acné.
Conclusión
Además de la genética y las alteraciones hormonales, la dieta parece ser un factor determinante en la aparición del acné. Cómo nos alimentamos influye directamente en el organismo y en nuestra piel. Parece ser que los estudios con mayor evidencia hasta el momento señalan los alimentos de alto índice glucémico y los lácteos como factores agravantes de la sintomatología del acné.
Esto no quiere decir que debamos eliminarlos por completo de nuestra alimentación, sino que es importante identificar individualmente si existe una relación entre el consumo de estos alimentos y la gravedad del acné, ya que no todas las personas responden igual al tipo de dieta.
Reducir la carga glucémica de nuestra alimentación sustituyendo los alimentos refinados por integrales es una buena alternativa, así como disminuir el consumo de lácteos unas semanas y observar los cambios que se producen en nuestra piel.
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